¿INGRESO EN RESIDENCIA O CUIDADOS EN CASA?

Frente a esta pregunta, nos surgen muchas dudas respecto a los cuidados que necesitan nuestros ancianos, así que dudamos sobre qué será mejor para ellos. Con frecuencia, escuchamos la típica frase: «Como en casa en ningún sitio», pero, realmente, ¿es la solución más adecuada?

En el caso de que la persona no tenga un alto grado de dependencia, algunas ayudas técnicas y asistenciales ya son suficientes, pero cuando la persona sí presenta un grado medio-alto de dependencia, la situación se complica y dificulta su día a día y el de su entorno. Necesita asistencia constante, alguien que le ayude incluso en las cosas más básicas como la higiene personal, curas, medicaciones, comidas… Es aquí cuando la persona que se encarga del bienestar de su familiar o amigo entra en conflicto, y ante una larga lista de pros y contras no sabe por dónde tirar. 




¿Por qué una residencia?
Existen una serie de estereotipos e ideas preconcebidas de la vida en las residencias geriátricas. Uno de los factores que más suele preocupar, es la pérdida de libertad de la persona que ingresa, ya que podría perder su derecho a decidir y escoger, a poder desarrollarse y llevar cabo hobbies y costumbres que tenía. En definitiva, que el hecho de vivir en una institución con unas normas y un funcionamiento concretos, llegue a anular su personalidad.

La  visión que se tenga del anciano y del proceso de envejecimiento, marcará la actitud y el comportamiento hacia ellos y el modo de trabajar. En Mas d’Anglí y Mas Piteu, entendemos el envejecimiento como una etapa más del desarrollo en la que, a menudo, se necesitan unos cuidados especiales, ya que se producen cambios cualitativos tanto en las capacidades cognitivas como en las físicas, sin obviar los factores sociales y relacionales de las personas. La satisfacción integral y vital, es el área de acción para la calidad de vida en la tercera edad y nuestro eje de trabajo. La atención integral centrada en la persona se convierte así en nuestro modus operandum.


De esta manera nuestro modelo de intervención se ajusta a la realidad y a las necesidades de la sociedad actual, no cubriendo sólo las necesidades sociosanitarias, sino yendo más allá  y trabajando desde una perspectiva global de las necesidades de la persona.

Para llevarlo a cabo, disponemos de un gran equipo de profesionales (médicos, enfermeras, equipo técnico…) que se esmera en que esto se cumpla, y  en que se respeten siempre los derechos y la dignidad de los residentes, así como los valores y creencias de cada uno de ellos. Además de tener la opción de asistir a rehabilitación diaria, a talleres de estimulación cognitiva, actividades de ocio y  poder estar acompañado; decidir a qué hora me acuesto o me levanto, qué quiero ver en la televisión, qué ropa me pongo o qué como, hace que una persona siga siendo ella misma y fomenta su autonomía personal;  igual que poder disponer de una habitación individual con baño propio, decidir a qué actividades o salidas  va o no va…  son algunos de los rasgos que nos caracterizan y reflejan nuestra atención individualizada, integral y flexible.


Por lo tanto, desde nuestro punto de vista, las residencias geriátricas aportan una serie de ventajas y beneficios que hacen más fácil la vida del anciano dependiente , y en consecuencia, también la de sus familias. Porque envejecer es un arte, y nosotros te ayudamos. 
Verónica Bello
Educadora Social y Pedagoga
Residencial Mas Piteu 

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