La hiperhidrosis: una enfermedad que te acompaña a donde vayas


La hiperhidrosis es una enfermedad caracterizada por el exceso de sudor, que afecta aproximadamente al 3% de la población, y que se localiza principalmente en las axilas, las manos, los pies y la cara.

A diferencia de lo que pueda pensar la población, este problema no está asociado ni a cambios de temperatura ni al estado emocional. Simplemente, es un fallo de nuestro sistema nervioso simpático, por el cual nuestro organismo produce más sudoración de la que necesita nuestro cuerpo para regular la temperatura corporal.
El exceso de sudoración puede llegar a afectar a nuestra vida laboral, familiar y personal.
Yo soy una de estas personas que han visto como su vida ha sido afectada por este problema, haciendo que mi día a día pueda llegar a ser muy molesto e incómodo. Recuerdo en mi infancia, que en clase de gimnasia no podía hacer los ejercicios que me pedían porque las manos me resbalaban y tener que salir al patio para poder hacerlos, o en el instituto mojar el papel del examen e ir con cuidado de que la tinta no se corriera.

Cuando llega el verano, viene lo peor de todo. El exceso de sudor se triplica y, además, tenemos que elegir muy bien qué zapatos nos ponemos, pues nos podrían hacer sudar más y resbalarnos al caminar. Además, dar la mano se puede convertir en una gran incomodidad.

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Hay tratamientos que nos pueden ayudar, pero tienen sus consecuencias:
  • Antitranspirantes: con una solución de cloruro de aluminio, son más efectivos en las axilas y menos en las manos. Además, pueden producir irritación en la piel.
  • Bótox: sólo se puede aplicar en las axilas y cada dos meses, y cuenta con el inconveniente de que es muy doloroso y costoso.
  • La simpatectomía torácica: es la más efectiva de todas, y nos deja las manos y axilas secas en un 90% de los casos.
Los antitranspirantes los he probado casi todos y ninguno me ha dado los resultados esperados. Creo que la única solución es pasar por el quirófano.  Entonces sí que diremos adiós para siempre a nuestro problema.
Entonces, ¿qué hacemos? ¿Dejamos que el sudor nos controle y nos adaptamos a ella, o pasamos por el quirófano y mejoramos nuestra calidad de vida?

Sara Sendiña.
Departamento de Contabilidad – Grupo Atlàntida.

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